Sólo la casualidad puede aparecer ante nosotros como un mensjae, sólo la casualidad nos habla. En ocasiones hace falta que ocurran varias casualidades, aparentemente improbables, para que suceda algo que cambie nuestras vidas.

viernes, 14 de enero de 2011

Carpe Diem.

Si hay algo que me enseñaron desde pequeña y que intento tener presente en todo momento es que todo lo que sube, baja. Demasiado obvio, ¿verdad? Pues no. Parece que a veces se nos olvida algo tan simple y a la par tan importante. Y es que nos guste o no, todo, absolutamente TODO, se acaba. El dinero igual que llega se va. La salud la pierdes. Ese amor que parecía ser para siempre resulta tener fecha de caducidad. Aquel amigo incondicional desaparece de tu vida practicamente sin que te des cuenta. Esos zapatos de los que estabas enamorada que te compraste, hoy juras no volver a ponertelos más. Aquella canción que escuchaste y cantaste una y otra vez hoy te cansa como la que más. Las flores se acaban marchitando, las vacaciones siempre llegan a su fin y las películas siempre tendran un "the end". Por eso ríe hasta que te duela, canta hasta quedarte sin voz, sueña hasta que tu imaginación no dé para más, salta hasta llegar al cielo, baila hasta que te duelan los pies, come todo el helado de chocolate del mundo hasta que lo aborrezcas, hazte fotos con tus amigas hasta que no quede espacio en la tarjeta de memoria, vete de chupitos hasta que pierdas la cuenta, viaja todo lo que puedas hasta dar la vuelta al mundo. En definitiva, vive. Esto no es más que una montaña rusa. Aprovecha ahora que estás arriba o el día que te des cuenta ya será tarde.

1 comentario:

  1. buenísimo. la metáfora de la montaña rusa la usamos soti y yo también, me ha gustado mucho.

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