Sólo la casualidad puede aparecer ante nosotros como un mensjae, sólo la casualidad nos habla. En ocasiones hace falta que ocurran varias casualidades, aparentemente improbables, para que suceda algo que cambie nuestras vidas.

lunes, 28 de febrero de 2011

Sólo viviendo lo sabremos.

¿Sabes? Creo que llevas toda la vida preocupada por los demás, tal vez demasiado. Más de lo que muchos merecían. Y me parece que ahora es momento de pararte a pensar en ti, en tus problemas y sobre todo en tus soluciones. Ya sabes perfectamente todo lo que pienso y no me gusta un pelo, pero lo cierto es que he visto a pocas personas que hayan conseguido tener una influencia de tales dimensiones en tu vida. Te conozco bien y sé que no eres esa clase de persona que se deja vender facilmente ante cualquier adversidad. Puedes parecer pequeña, frágil, vulnerable... pero si hay algo cierto C, es que a ti nada se te pone por delante. Basta con que te digan "tú no puedes hacer esto", "nunca serás capaz de esto otro"... para que vayas tú y lo consigas. Y de qué manera. No soportas que te menosprecien, que te infravaloren, porque a pesar de todo, el tiempo ha demostrado en muchas ocasiones lo mucho que vales. Sí, eres una jodida cabezota, y también bastante orgullosa. Pero vaya, creo que en ocasiones como esta hasta te puede venir bien. Por eso creía que ya era hora de que alguien te dijera todo esto, que no, que lo de tirar la toalla es cosa de otros, que a ti eso nunca se te dio bien. Y es que me revienta verte así ¿A qué coño esperas? Sal ahí y no dejes de intentarlo. Nunca. Porque sabes de sobra que nunca será suficiente. Y sí, puede que salga mal pero, ¿y si no? Sólo hay una forma de saberlo, de no irte a la tumba con esa duda, con la tortura del "y si..."


Renunciar a lo que realmente queremos ante la más mínima dificultad es de cobardes. Y no, tú no eres esa clase de persona.

domingo, 20 de febrero de 2011

La vida es corta. En ocasiones demasiado.


Se miran a los ojos y no saben que decirse. Uno de esos momentos que inevitablemente te llevan al silencio. Estar allí, hacer acto de presencia, querer decir tantas cosas sin conseguirlo. De modo que todo se arregla con una simple palmada en el hombro con un abrazo sentido, con una frase que se te hace extraña, pero no has sido capaz de encontrar otra. Y te parece la mejor, la más verdadera, la más sincera. Y no lo es. O a lo mejor también lo es. Quien sabe...

jueves, 10 de febrero de 2011

¿Y a ti, qué te oscurece el cielo?


Si hoy hay algo que preocupa a los madrileños es la ya archifamosa "boina de polución" que cubre el cielo de la capital estos días. Bien, yo no entiendo de ciencias ni de medioambiente ni nada por el estilo, pero creo que puedo sacar algo. ¿Acaso no tenemos todos nuestra propia "boina"? Esa que hace que aunque parezca un día maravilloso, soleado, sin frío ni lluvia, al levantar la cabeza nos demos cuenta de que en verdad parece que esta la cosa chunga por ahí arriba, que realmente algo no va bien. Cada uno tiene una distina, algunas contienen miedos, otras dudas, pensamientos que nos atormentan, recuerdos que no conseguimos olvidar por mucho que nos lo propongamos, personas que nos han decepcionado, preocupaciones ante algo importante, temor al mañana, amores que fracasaron, intentos que quedaron en eso, simples intentos, sueños frustrados que jamás cumpliremos... Y es que aunque por un momento lo olvides y parezca que por fin ha desaparecido, ¡no! Miras para arriba y ahí está, ¡sigue ahí la muy jodía! Ahí está recordándote ese detalle que oscurece tu cielo.

Yo sólo espero una cosa... a ver si llega ya la lluvia y se la lleva de una puta vez.

viernes, 4 de febrero de 2011


Martes 1 de Febrero. Las 12 horas y 11 minutos de la noche. Hace tan sólo unos minutos se ha cerrado lo que en fútbol se conoce como "mercado de invierno". Está lista para acostarse cuando abre su armario y lo ve. Ahí están. Ahí están todas esas fotos que poco a poco han ido plagando su armario. Ahí están todos esos recortes llenos de elogios. Ahí está su "pequeño altar" como lo llama ella. Y entonces ocurre. No puede. Lagrimones y lagrimones empiezan a caer por sus mejillas, todavía no se lo cree. Se sienta en la cama y se queda empaná mirando el armario. Y empieza a recordar...
Se acuerda de cuando era un coco y detestaba el fútbol por encima de todas las cosas. Se acuerda de lo nerviosa que se ponía cuando su padre ponía el Carrusel. Sí, no soportaba las voces de los comentaristas. No entendía ese deporte ni el fanatismo que acarreaba. Se acuerda de que empezó a oir a los Beatles con 12 años. Se acuerda de cuando entró en la edad del pavo y le gustaban los chicos más que a un tonto un lápiz. Se acuerda de cómo, por medio de un flog, empezó a seguir a Torres (en el sentido puramente físico, claro). Se acuerda de una tarde de julio en un cibercafé de Gorey, un pueblecito irlandés. Se acuerda de que en ese momento se enteró de su marcha al Liverpool FC y se acuerda de un comentario que dijo en broma "pues nada tia, ¡habrá que hacerse del Liverpool!" Quién lo diría. Ni ella misma se imaginó hasta que punto dicha afirmación llegaría a ser cierta. Y entonces se acuerda también de una tarde de otoño que estaba sola en casa. Encendió la televisión y haciendo zapping vio que había fútbol. Fútbol a las 4 de la tarde, lo que faltaba. Todavía no sabe porqué pero se puso a verlo. Era el Liverpool y su liga se llamaba Premier League. La Premier: ese gran desconocido. Y se acuerda de que ése fue el primer partido que consiguió ver entero. No se enteraba de mucho, pero milagrosamente, le gustó. Se acuerda de que con la tontería empezó a ver partidos a escondidas. ¡Cualquiera decía ahora que le gustaba el fútbol! Se acuerda de que ella misma tuvo que buscarse la vida y aprender solita cosas como lo que era un fuera de juego o en que consistía la Champions League y todo eso de la ida, la vuelta y demás. Se acuerda de que casi sin darse cuenta ya se sabía el you'll never walk alone, miraba a todas horas la tabla de clasificación y contaba las horas para el próximo partido. Se acuerda de la primera vez que sintió un extraño cosquilleo en el estómago al oir la música de la Champions. Se acuerda de que llegó un chico inglés a su clase y del odio que le cogió desde que le dijo que era del Manchester United. Se acuerda de el día que vio (a escondidas también) el primer hat-trick (que tampoco sabía lo que era) de Fernando Torres y de cuando empezó a ver los partidos que veía con su abuelo. Se acuerda de que él siempre decía "vaya niño, nadie es profeta en su tierra". Se acuerda de la eliminatoria contra el Arsenal (uno de esos partidos que nunca olvida) y de cómo esa noche lloró de euforia. Pero también se acuerda de la noche del Chelsea y de cómo esa noche, al día siguiente, y durante una semana creía que se le venía el mundo encima. Hace memoria y sigue recordando. Se acuerda de aquel verano de 2009 en Irlanda y se ve celebrando el gol de Torres en la eurocopa con una familia a la que había conocido hace unas 4 horas y comprándose una camiseta del Liverpool. Y se ve también discutiendo todas las noches con un irlandés pro-united. No puede contener una sonrisa. ¡Vaya coñazo le dio! Se le siguen viniendo a la cabeza mil partidos y mis recuerdos como el gran chorreo al Madrid, la victoria ante el United después de la tira de años o el partido contra el Atlético en semifinales de la Europa League que vio en un camarote y por el que casi acaba tirándose de los pelos con una amiga. Hoy se acuerda además de todas las veces que decían que nosecual equipo andaba detrás de Torres. Eran tantos que sabía que llegaría un día que fuera cierto y no se lo creería. Se acuerda sobre todo de aquellos que le decían "tú no eres del l'pool, eres de Torres, y serás del equipo en que esté". Han sido tantos y tantas... Pero hoy más que nunca se acuerda de aquella noche que miro fijamente a su padre y le dijo "Ojalá sea dentro de mucho, pero el día que Fernando se marche, ese día, se verá la verdad".
Y así hasta el día de hoy. Hace tan sólo unas horas se confirmó el traspaso del jugador de Fuenlabrada al Chelsea FC, uno de los principales rivales de su ahora antiguo club. 58 millones, el fichaje más caro del fútbol español. Sí, es otra manera de hacer historia. En verdad, por mucha rabia que le dé, puede hasta llegar a entender perfectamente la decisión, pero lo que no comprende porqué ahora ni porqué así, escurriendo el bulto, saliendo por la puerta de atrás, abandonando en un momento crucial. ¿Qué necesidad había? ¿Tan urgente era? ¿No habría sido mejor esperar unos meses y salir por la puerta grande? Todo habría sido mucho más comprensible con una explicación y un gracias o algo, ¿no? Sería lo mínimo. Si pensamos bien, no hay duda de que Torres será recordado, pero, ¿cómo? ¿Como aquel que llegó a Anfield y se ganó a toda una afición? ¿O como aquel que abandonó cuando más se le necesitaba? También es cierto que no se le puede echar toda la culpa al chaval. Al fin y al cabo nuestra sociedad es así, importa más tener que ser, por tanto, en el fútbol ocurre lo mismo. No es mejor aquel que permanece fiel a su equipo, que demuestra unos valores que están por encima de títulos o millones, sino aquel que alcanza más “trinfos”. Pero, ¿acaso triunfar es eso? En fin, dejémoslo, eso es otra cuestión.
Qué cosas, ¿verdad? Es uno de esos momentos raros en los que uno no sabe qué sentir ni como reaccionar. Le da tanta rabia, sabe que van a cambiar tantas cosas... Pero la decisión está tomada. Está segura de que muchos le seguirán, de que no caminará sólo en esta nueva etapa. Pero por mucho que le duela, esta vez no. Lo siente... esta vez ella se queda.